Hector Hernández Montecinos
Sí
a ustedes les hablo
poetas del futuro
niños niñas jóvenes vida
el mundo está hecho para que ustedes no hablen
para que su presencia sea una sobra a lo largo de la lengua
y nada se prolongue desde sus corazones estrellados
pero ustedes existen
yo los conozco yo los he leído
librando una pelea anónima y planetaria
los he visto a ustedes
atravesando esta primera noche con un murmullo fresco
entre sus labios llenos de luz
a ustedes les hablo
que escriben en sus cuadernos
que leen las ediciones más baratas y peor traducidas
y aún así los veo delirando sus infancias aporreadas
escribiendo con las líneas del horizonte
que se pierden en los croquis de un mundo que se viene de cabeza
contra todos nosotros
ustedes son estrellas que llenan de aire
las lejanías y los gestos que separan
los pedazos de ese cielo que nadie ganó
a ustedes les hablo
poetas niños niñas jóvenes vida
en ustedes estalla el futuro de la poesía frente a nuestras narices
los he podido ver
en vano trataría de congregarlos
porque ya están aquí
no los puedo llamar porque aún sin conocerse entre ustedes
están cosidos por las mismas estrellas
y los mismos pájaros nacen desde sus gargantas limpias
ninguna moda los acompaña al escribir
y todos los enigmas les son azarosos
pero ustedes vencen el miedo y nuestro miedo
yo los conozco y los he leído
tienen la mitad de mi edad y sus frentes iluminan
la otra mitad de mi vida
sus voces las escucho en mis latidos
en estas mismas páginas hechas sólo para ustedes
traen los recuerdos de algo que se viene
de algo que se encontraron en un sueño
junto con ustedes vienen ríos y lámparas
llenas de nuevos perfumes que hipnotizarán la catástrofe
a ustedes
poetas niños niñas jóvenes vida
los quiero seguir oyendo sobre el mar nocturno
cerrar los ojos y sentir su viento en la cara
son más hermosos que cualquiera visión que pude haber tenido
mi poesía sólo existe por la de ustedes
ambas se dan la mano en este baile secreto
a ustedes
que verán lo que yo alguna vez soñé ver
Cassette 2
Hace 9 años
1 comentario:
A ellos les dedico también mis fuerzas.
Pero los deseos infantiles deben estar apartados de este otro mundo, el gris, el de las mentiras ventajosas, el de los mentirosos insolentes.
Desde su propia dimensión irradian esa fuerza que bien vale la pena sentir en la cara, como esa brisa fresca que describes.
Porque todos los poetas niños merecen una ofrenda de palabras, y una frente perlada de sudor que piense en historias nuevas para entretenerlos antes de dormir.
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